jueves, 24 de diciembre de 2009

La Bolsa o la Vida



Y aquí estoy de visita en la sede de la Bolsa de Barcelona, en el majestuoso Paseo de Gracia, observando y apuntando. Aquí se manejan los capitales, sí, como quien juega en un casino cualquiera. Esta impresión me dio con toda la hilera de pantallitas a lo largo de un pasillo descomunal, e incluso en la cafetería, con todos esos hombres, que ninguna mujer vi, deambulando ociosos con la mirada sobre las pantallas.



Un juego como el de los casinos, pero con la diferencia de que el maldito juego puede precisamente hacer entrar en crisis al mundo y provocar millones de desgracias, efectos colaterales le deben decir aquí. Y todo para ganar más plata que no se sabe ya en qué gastar. Porque el alimento del hombre es sencillo, abundante y hay para todos, me refiero a la manduca pero también al alimento del espíritu, que sobre todo se consigue en aquellos lugares y momentos en los que uno no piensa ni disfruta de lujo alguno, lugares y momentos sencillos, en soledad, o compartidos con gente sencilla y amorosa. Y ahí pues se equivoca quien cree que con más plata va a poder acceder a ese alimento, porque no, va a acceder al veneno que contamina el alimento precisamente, que es el lujo, la codicia o la vanidad, compañeros del capital.



Pero es que si así nomás se jodiera el errado, pero no, resulta que con su maldito proceder jode también al que nomás pretende alimentarse sin lujos. Porque una cosa no entiende y creo que no está bien comprendido por nuestros gobernantes y economistas, y es que la riqueza es como la energía, que no se crea ni se destruye sino que solo se transforma. Y así pues el que más gana lo hace a costa de otros que pierden, y todo está conectado y por tanto el rico debería cargar sobre sus hombros con el horror de estar despojando a cientos de pobres. Y es así, y la gran falacia de este sistema del capital es pensar que uno puede enriquecerse nomás sin hacer daño a nadie, y eso pues no es cierto, que siempre se hace daño a otros o al medio ambiente, que degradamos y contaminamos.



Y eso, que en un mundo con justicia la Bolsa no existiría, porque si una sociedad no tiene capital para crecer, pues no pasa nada, que no crezca, que las cosas luego crecen demasiado y así acabamos como hemos acabado, que esto no da ya más de sí y que un sistema como éste, basado en el crecimiento constante, no puede más que acabar en el colapso total. Era algo de preveer, digo yo, que no se necesitan muchas luces, y no sé que carajo han de esperar ahora los gobernantes de este mundo para pararlo y cambiarlo todo de arriba abajo si quieren que sus hijos y nietos puedan tan solo … vivir.

domingo, 20 de diciembre de 2009

La mercantilización del conocimiento



Y dije pues que me hizo gracia ver a dos profesores de la Universidad Pompeu Fabra en la Junta Directiva del Círculo de Economía porque poco antes me fui a una acción solidaria con los estudiantes que protestan por la mercantilización del conocimiento que se está dando a marchas forzadas en toda Europa a partir sobre todo de lo que llaman “Plan Bolonia”, y allí me encontré con esta pancarta en la que la compañera alude irónicamente a la venta de esta Universidad al capital.

Hablé con los estudiantes y ellos me dijeron que fueron expulsados por la policía de varias universidades a golpes de porra y que eso no pasaba desde tiempos del dictador Franco. Y todo porque se oponen a este plan, que si uno lo lee puede ver que en efecto, se trata de convertir a la Universidad en un centro de reclutamiento de fuerza laboral para la empresa privada y por tanto se van a primar los estudios vinculados con las necesidades empresariales y es por eso que los estudiantes dicen, con razón, que la Universidad se vende al capitalismo, y no es una metáfora.

Se perdió pues la idea de un conocimiento independiente del poder, que por eso se dijo “universal”, pues no era particular de ningún interés. Y ahora pues lo que se enseñe en la universidad ya va a estar lastrado por esta sospecha y los estudios humanísticos van a acabar desapareciendo pues lo que ayude a pensar va a ser considerado directamente no productivo o anti-productivo, y por lo tanto prescindible, cuando no perjudicial, saboteador y terrorista.



Yo pues por eso me solidaricé con estos jóvenes y con sus ocupaciones en toda Europa de sus universidades y con sus manifestaciones, por un conocimiento independiente y un acceso libre y universal a ese conocimiento. Porque si no les apoyamos ahora, de aquí a unos añitos ya será más difícil salir de la prisión en la que se habrá convertido ya todito el mundo capitalista, donde todo ya será pura mercancía, hasta el conocimiento, y mandará el mercado en todo, es decir, los que lo controlan, los más ricos. Y si ya ahora cuesta abrir una pequeña ventana al exterior y respirar el aire fresco de otro mundo posible, imagínense nomás cuando todo a nuestro alrededor sea un muro macizo por el que no pueda colarse ni un hilillo de pensamiento libre.

domingo, 13 de diciembre de 2009

El gran Círculo de la Economía tiene secuestrada a la democracia


Así que me dije que si era cierto que mandaban los grandes empresarios y no los políticos, debía ir yo a comprobarlo con mis propios ojos. Me acerqué pues al Círculo de Economía, que no es una logia masónica de culto al dinero, aunque se le parece mucho. Es un grupo de presión de las grandes corporaciones económicas, quizás el más poderoso del Estado español. Con él colaboran 127 grandes empresas, entre las que están los principales bancos y cajas de ahorro, inmobiliarias, industrias de la alimentación, farmacéuticas, compañías de seguros y un largo etcétera. En su patronato están representantes de estas mismas corporaciones, así como algún exalto cargo político, como un tal Jordi Pujol, que según me han dicho fue banquero y después presidente de Catalunya, y que supongo está allí por los servicios prestados. En fin, la crema de la crema de la alta burguesía catalana. También vi que su Junta Directiva, además de empresarios, la componen profesores de economía de Universidad, dos en concreto de la Universitat Pompeu Fabra, y más adelante contaré por qué me hizo gracia este detalle.

Pues bien, por eso escogí esta institución y así pues ya vi que los que mandan en ella son un conglomerado de grandes empresarios, políticos y economistas. Y el día que fui al Círculo presentaban un estudio sobre cómo debería gobernar la próxima presidencia de España en la Unión Europea. Así que ya vi entonces que el Círculo sirve de trampolín para influir en la política y no más lo confirmé cuando vi que entre los ponentes también estaba una secretaria política de la Generalitat de Catalunya.



El modelo de economía que defiende esta institución es el del crecimiento continuo, que ya se ha visto que sólo conduce a la autodestrucción del planeta, pero ellos siguen insistiendo. Además defienden que la economía ha de ser dirigida por una élite empresarial que, con el beneplácito de la política, tiene a su servicio una gran cantidad de trabajadores. Tal como escuché decir a su director general, han conseguido que este modelo de economía no sea cuestionado por nadie, así que su papel de lobby se puede reducir a tener una buena agenda de contactos a los que recurrir para asegurar que una u otra ley, uno u otro reglamento, una u otra subvención, se dirigen hacia donde ellos quieren. Y los políticos les hacen caso, y les subvencionan y ayudan, porque piensan como ellos, se han educado con ellos y además esas empresas tienen muchos trabajadores que utilizan a menudo como argumento para pedir plata y leyes que les convengan porque de lo contrario podrían despedirles y aumentar el paro y la conflictividad.

Así que yo no sé si mandan los políticos o los empresarios pero eso no importa porque lo que sí sé es que todos piensan igual y son en el fondo los mismos, así que no van a hacer caso a ninguna alternativa que se proponga, que sea más democrática y más justa. Y es por eso que entonces digo yo que esta idea de la economía tiene secuestrada a la democracia convirtiéndola en otra cosa diferente a lo que en teoría debiera ser, el poder del pueblo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El Ayuntamiento limpia la ciudad



Después de hablar con los vecinos de la Barceloneta, me fui a ver al alcalde de la ciudad para preguntarle qué era lo que pensaba él de todo este asunto del hotel Vela, del descontento ciudadano, del turismo de élite y de que la ley de costas se utilice de una manera tan arbitraria en función de si el afectado tiene o no tiene plata suficiente.

Y la verdad es que debía platicar con él de otras muchas cosas porque caminando por la calle ya pues mucha gente me paraba y me decía que si les querían echar de sus casas de toda la vida y las autoridades no les defendían o que no encontraban locales públicos para actividades culturales o asociativas y en cambio si se debía hacer un acto con empresarios de algún sector o algo con fines lucrativos, allí siempre había buena disposición institucional. También mucha gente se me quejaba de la policía municipal, de que no servía al ciudadano sino que cada ciudadano era más bien antes un sospechoso de no ser un buen ciudadano.




Pero llegué al Ayuntamiento y no me dejaron pasar. Me dijeron que sólo podía entrar el día de visitas. Y dije yo, pues bueno, deme hora para el día de visitas, y me dijeron que podía entrar cualquier fin de semana siempre y cuando no hubiera un acto institucional, que tenía que probar suerte. Y yo ya pensé qué raro que el alcalde visite en fin de semana, pero me dije que aquí se trabaja mucho y eso, así que me llegué un sábado y me dejaron pasar pero el alcalde no estaba, ni nadie que me pudiera atender. Así que sólo vi a un grupo de turistas pero a ningún funcionario.




Y mis amigos de Barcelona se han reído de mí, de mi ingenuidad, y me han explicado que es que aquí no mandan los políticos sino los empresarios, las grandes corporaciones y yo me dije que no podía ser, que en Europa, pensaba yo, debía ser diferente, que la democracia debía estar ya asentada aquí. Pensaba pues que los ciudadanos podían deliberar, participar directamente en los asuntos que les conciernen, pero no, aquí he encontrado de nuevo los mismos muros entre el poder y la ciudadanía que ya conozco de mi querida tierra. En Chiapas eso lo cambiamos, o lo empezamos recién a cambiar y vamos haciendo camino hacia un poder popular, que significa del pueblo, que es su legítimo ejecutor en una democracia, pues eso significa democracia, gobierno del pueblo.

Pero no, acá el ayuntamiento sólo se dirige al ciudadano para multarle o para engañarle. Editan una revista que envían a todos los hogares con todas las cosas buenas que hacen pero esconden los errores, los problemas, los riesgos, los desafíos. Todo es un mundo de rosas en la revista. Y limpian la ciudad y echan a los viejitos de sus casas, y limpian la ciudad y desalojan las casas ocupadas por grupos culturales alternativos y limpian la ciudad y esconden a los indigentes y a las putas y limpian la ciudad para que vengan los turistas cargados de plata y dejen sus dineros en los grandes hoteles y restaurantes y tiendas de lujo para que se recauden más impuestos y así se pueda seguir limpiando la ciudad. Y esta es la tienda más bonita del mundo, limpita toda ella por fuera pero con la mierda que rebosa en las alcantarillas.