sábado, 28 de noviembre de 2009

La mejor tienda del mundo


El cabildo de esta ciudad puso este lema como reclamo turístico: la mejor tienda del mundo, la millor botiga del món, en català. No sabía yo al principio qué querían comunicar con este lema y cuáles eran las consecuencias. Me fui al mar, al barrio que llaman de la Barceloneta, a preguntar a la gente y a ver qué me explicaban de su ciudad.



Y es allí donde un grupo de vecinos muy enfadados con el cabildo, el ayuntamiento lo llaman acá, me dijeron que las autoridades habían vendido la ciudad al turismo internacional. Que los grandes grupos hoteleros habían hecho un gran negocio con la linda ciudad como reclamo. En tan solo unos pocos años se han triplicado las plazas hoteleras y ahora llegan turistas de todos lados. Quieren que sea además un turismo de élite porque les da más plata. Así que han negociado con las grandes compañías de cruceros para que atraquen sus transatlánticos acá.



Los vecinos de la Barceloneta estaban fastidiados porque dicen que quieren echarlos del barrio, que "la millor botiga del món" no puede tener como escaparate unas casas humildes con la ropa tendida de los balcones. Que el "populacho" no puede tener el privilegio de habitar junto a las bonitas playas. Así que les están presionando también a ellos para que abandonen su barrio de toda la vida y conviertan sus pequeños pisos en apartamentos para turistas. Dicen también que la ciudad consiguió abrirse al mar hace unos años pero que ahora están tapando de nuevo el horizonte marino con la construcción de grandes edificios junto al mar para la élite empresarial y hotelera de la ciudad. Este hotel de la foto, el "hotel Vela", es un hotel de lujo de reciente construcción. Le hicimos fotos de todos los ángulos. Dicen que se construyó sin respetar la ley de costas, la misma ley que unos años antes echó a tierra unos chiringuitos populares junto al mar. Una habitación de este hotel cuesta casi 300 euros la noche, que es un poco menos que el sueldo mínimo mensual en este país. Cuando pasé por allá una gran limusina blanca esperaba en el parking a algún invitado ilustre. Me dio bastante asco, la verdad, y apunto estuve de vomitar.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El Parlament de Catalunya está vacío


Me fui directo al edificio que alberga a los representantes del pueblo de Catalunya. Estaba vacío cuando entré. Sí, era festivo pero era todo un símbolo. Los ciudadanos de esta hermosa tierra en realidad no eligen a sus representantes sino a unos partidos políticos. Estos partidos elaboran una lista cerrada con sus candidatos pero nunca se sabe a ciencia cierta qué pasos se han de dar para ser un candidato de la lista.




Pregunté a los encargados del Parlament si había alguna manera de saber si los representantes de los ciudadanos representaban realmente a los ciudadanos. Quiero decir, si sociológicamente les representaban. No me supieron contestar. Les puse un ejemplo: ¿cuántos diputados llevan por ejemplo a sus hijos a una escuela pública? O ¿cuántos diputados van al médico de la Seguridad Social y no al de una mutua privada? O ¿cuántos diputados cogen el autobús o el metro cada día? O ¿cuántos tienen una segunda o una tercera residencia? No me supieron contestar. Me dijeron que las actividades y los cargos de los señores y señoras diputadas son públicos pero no así las declaraciones del patrimonio y las rentas.




En definitiva, un ciudadano no sólo no puede escoger a los representantes que él quiere sino que además, una vez han sido escogidos, no puede saber si sociológicamente le están representando. Es posible que una élite socio-económica esté legislando en nombre de los ciudadanos.

martes, 17 de noviembre de 2009

La ciudad desde acá arriba


La ciudad se ve linda desde acá arriba. Me costó subir al Parc Güell, con este calor otoñal. El veranillo de San Martín, le dicen. Quise pasar antes por la Kasa de la Montaña, en la falda del monte. Es una mansión centenaria modernista, okupada desde hace unos años, pero estaba todo desangelado. Parece ser que montan una escalera mecánica donde antes había una escalera de piedra. La modernidad ... o las ganas de joder, quién sabe. Ésta es una primera constatación, a modo de hipótesis de partida: acá las islas de libertad no las quiere el poder instituido.


Yo tengo una misión acá. Una misión pacífica pero contundente. Una misión plenamente zapatista pues. Tengo que llamar la atención pero sin arriesgar el proyecto. Tengo que observar y agitar. Visitar los sitios del poder y tomar nota. Este poder instituido que se alejó de la gente. Este poder enquistado, quizás un atributo de todo poder. Este poder que hace daño, que se alimenta de la sangre de la gente y escupe sobre sus heridas. Ya todos sabemos que la más alta política y la más alta economía están aliadas desde hace tiempo para repartirse el pastel. Y uno no quiere nomás que una migaja para cubrir sus necesidades pero ya ni eso te dan. Así que he venido para constatar quién se come el pastel y a costa de quién. Y quizás cuando sepamos podamos actuar.


Pues bien, ahora me bajaré a esta linda ciudad y tomaré notas. Me acompaña Onisósino, que es quien toma las fotografías y se encarga después de publicar mis notas en este blog. Para que quede constancia de que acá vino un zapatista y esto fue lo que vio. Observar y agitar. A eso vine.